Llevaban tanto Lluís Cortés como las jugadoras repitiendo cada vez que eran preguntadas sobre ello que en la final de Budapest, la primera que había disputado el Barcelona en su historia por un lado les había llegado demasiado pronto en ese camino iniciado años atrás con la apuesta del club por el fútbol femenino. También que esa final les había enseñado mucho y las había conjurado a todas para volver a presentarse en una final y poder ganarla haciendo historia no solo en el club, sino en nombre de todo el fútbol español.
Un Barcelona con la lección bien aprendida
Y vaya que si esa conjura, ese aprendizaje ha tenido sus frutos en la noche de ayer. Una noche que empezaba sin esa esperada lluvia o frío. Sin embargo, se tornó en lluvia en el segundo tiempo, la misma lluvia de juego y goles que había dejado caer el conjunto azulgrana sobre un inexperto Chelsea. Un Chelsea con Emma Hayes al frente se vio ciertamente sorprendido. Sabían de la superioridad azulgrana también conocían de su poderío, pero esperaban un partido más abierto. En cambio el partido prácticamente murió antes de la media hora de juego.
Fue como en Budapest, pero al revés, y como si hubieran tomado de ida nota y todo de apuntes de cómo se gana una final. Las azulgrana le hicieron lo mismo al Chelsea que ellas habían sufrido del OL dos años antes. Meter en la red todo lo que generaron en esos minutos iniciales.
La efectividad clave
Nada despreciable que el conjunto de Lluís Cortés llegara al minuto 20 con 4 disparos entre palos y 4 goles en su haber. Esa maldita falta de efectividad que en muchas ocasiones las había privado de cerrar partidos totalmente controlados, en esta ocasión parecía la culminación del camino. Era la guinda que le faltaba a este equipo, coronarse como un vendaval en la final de la Champions.
Lo hizo al estilo de sus predecesoras durante tantos años, el OL, un rival que te asestaba duros golpes en los primeros minutos de los que no te reponías y que les permitía, como hoy a las azulgrana, dominar el partido sin sufrir. También poder defender con el balón. Frenar las pocas, aunque existentes, acometidas contrarias con la tranquilidad de saberse tenedoras de un colchón amplio y suficiente como para que esos nervios iniciales explotaran en las celebraciones de los goles y no aparecieran en su juego.
Seguramente fue de los partidos con menos porcentaje de error en los pases. También con más cantidad de salidas en conducción frente a una presión a medio camino entre alta y permisiva del Chelsea.
El Chelsea digno finalista
Y es que no hay nada que achacarle al equipo inglés. Fue el Barcelona de hace un par de años, que sin hacer nada mal se veía castigado con los goles de las rivales. Un equipo que había encajado el primer tanto en la primera acción de partido, en un rebote y en autogol de unas de sus jugadoras más fiables defensivamente.
Recordemos que el autogol fue en la continuación de un disparo terrible de Martens que rechazó el travesaño. Casi sin tiempo para recuperarse encajarían el segundo tanto de penalti. Entre ambos tantos una de sus estrellas más emergentes, Harder, había tenido la oportunidad de empatar el encuentro, pero no fue así. Punto, set y partido para las azulgrana porque no iba a ser la noche del Chelsea ni de ninguna de sus jugadoras.
Las inglesas quisieron pero no pudieron
Fue un Chelsea que incluso tuvo en momentos concretos del partido más el balón quizás de lo esperado. Es destacable la actitud y competitividad de este equipo. Salió después del descanso con la final perdida y cuarto goles por debajo en el marcador, pero nunca se rindió durante el segundo tiempo.
Por un lado, lo siguió intentando de forma infructuosa, pero sin bajar los brazos. Por otro lado, jugó limpio a pesar de verse perdiendo una final de Champions.
Premio al trabajo bien hecho
Las azulgrana olían a campeonas de Europa desde hacía meses. Un equipo que ha crecido no solo por las incorporaciones en la plantilla de jugadoras, sino también en el staff. Ha ido mejorando día a día, es un equipo que sabe afrontar partidos en diferentes situaciones y registros, que ha conseguido esos matices tan importantes en el fútbol para complementar el estilo de juego del club. seguramente el único equipo que lo mantiene en la actualidad y el único que ha decidido matar con este estilo. El resultado se ha visto sobre el verde de Goteborg, no solo un equipo campeón de Europa, sino un equipo que puede sentar cátedra en Europa y dominar el panorama futbolístico en los próximos años.
Lluís Cortés se ha mostrado humilde desde el inicio. Desde sus inicios ha hecho referencia a la constancia y ha destacado a cuantos le han precedido en el cargo. Ha dado esa importancia vital y necesaria a todos los que forman parte del staff y ha logrado esa cohesión que lleva al éxito pasando a la historia del club. Por su parte, también pasará a la historia uno de los estándares del club.
Aitana MVP de la final
Aitana Bonmatí fue nombrada la mejor jugadora de la final, la primera jugadora española en lograrlo. A buen seguro, recordará esos inicios en el Ribes. También, con la humildad que atesora, a todos y cada uno de los que se cruzaron en ese camino que con tesón ha logrado recorrer.
Como dijo en sala de prensa Emma Hayes, cierto que el partido podía haber cambiado con la ocasión de Harder con el uno a cero, pero también es cierto que las sensaciones desde el inicio hacían presagiar que las azulgrana no iban a dejar lugar a que el Chelsea pensara en ningún momento que podría tener opciones de contrarrestar la mentalidad ganadora de las azulgrana. También es difícil, como ella misma indicó, levantarse de un partido en el que llegas al minuto diez con goles por debajo.
Celebración apoteósica
La fiesta se adueñó incluso de la sala de prensa de las azulgrana. En un par de ocasiones aparecieron diferentes jugadoras y del staff para seguir el festejo iniciado sobre el terreno de juego. Lluís Cortés, emocionado, destacaba que quizás lo más importante del camino de esta última semana era haberla tratado como una más. Preparando el partido, pero sin darle la trascendencia de una final. Así desde que volvieron a los entrenos al miércoles, pero especialmente durante el día de hoy. Ya en el hotel, el equipo estaba preparado para afrontar y sacar adelante el reto de la final.
Incidió también en un par de aspectos que fueron determinantes. El primero de ellos es que, si ves que en el minuto uno de partido consigues un autogol a favor, y como el de esta noche por la escuadra, piensas que nada puede salir mal. El segundo el no haber preguntado a Alexia por su presencia o no sabiendo que ella iba a estar, el tiempo que aguantase, pero que estaba dispuesta a estar en el once y disputar el partido más trascendental hasta el momento de sus vidas.
Ficha técnica
Chelsea FC: Ann-Katrin Berger, N. Charles, Magdalena Eriksson, M. Bright, J. Carter, Melanie Leupolz (G. Reiten 46’), S. Ingle, Ji So-Yun (Bethany England 73’), Fran Kirby, Pernille Harder y Sam Kerr (E. Cuthbert 73’).
Entrenadora: Emma Hayes.
FC Barcelona: Sandra Paños, Mapi León, Marta Torrejón (Ana María Crnogorcevic 82’), Patri Guijarro, Leila Ouahabi (Melanie Serrano 82’), Kheira Hamraoui, Alexia Putellas (Vicky Losada 71’), Aitana Bonmatí, Jenni Hermoso (Asisat Oshoala 71’), Lieke Martens y Caroline Graham Hansen (Mariona Caldentey 62’).
Entrenador: Lluís Cortés.
Estadio: Gamla Ullevi de Goteborg.
Goles: 0-1 M. Leupolz (pp) 1’, 0-2 Alexia Putellas (p) 14’, 0-3 Aitana Bonmatí 20’, 0-4 Caroline Graham 34’.
Amonestaciones: Ingle 38’ y Leila 69’.
Colegiada: Riem Hussein (Federación Alemana).
Asistentes: Katrin Rafalski (Federación Alemana) y Sara Telek (Federación Austriaca).
Cuarta colegiada: Katalin Kulcsar (Federación Húngara).
Bon dia CULERS 💙❤️
😄 No va ser un somni. SOm CAMPIONES D’EUROPA! ¡Vaya noche! Spectacular!
😉 @stanleytools pic.twitter.com/9gdqKNeRkI
— 🏆 CAMP1ONES 🏆 (@FCBfemeni) May 17, 2021
Autor: Enric Solé Altarriba
Fotografías y vídeo: FC Barcelona